viernes, 23 de julio de 2021

2021 León y Los Ancares

 

León capital es la base del recorrido de este año. Vigesimosexta edición y segundo año de pandemia. Después de tres caminos de Santiago y alguna visita mas, la ciudad de León ya resulta conocida pero nos sorprend gratamente el concurrido ambiente callejero. Será porque era viernes, pero resultó trabajoso conseguir una mesa al exterior para cenar en el Barrio Húmedo.

Tomamos parte: Agus, Albert, Alfonso, Carlos, Enrique y Gonzalo.

Reconozco que esta vez me costó (Agus) diseñar el trazado. Al inicio pensaba en recorrer el Norte de la provincia de Palencia, la vertiente cantábrica de León, el Norte de León y Los Ancares de Lugo, de Este a Oeste y vuelta en seis días. Será que tengo el deseo y la cabeza mas jóvenes que el cuerpo porque salían etapas muy montañosas y con mucho kilometraje. Mis colegas, mas sensatos de cabeza y cuerpo, protestaron y vinieron los recortes. Al elegir, tocó invertir el recorrido y renunciar a Valdeón y Palencia, resultando así:

Primera etapa. Sábado 10 de julio. León (831)Vega de Espinareda (622). 124 km.

A los que hay que añadir unos 10 kilómetros mas por confusiones. Etapa con un perfil quebrado, sin llanos, a la que tenía bastante respeto, debido como siempre a mi falta de entrenamiento previo. Para salir temprano renunciamos a desayunar en el hotel y lo hicimos en un bar de barrio a 3,10 euros per cápita con café, bollería, zumo y bocata de jamón incluidos. A partir de Lorenzana (909) comienzan las subidas y bajadas constantes. El punto mas alto está pasado Murias de Ponjos a unos 1300 m de altitud. Resisto en cabeza hasta parar a almorzar en Tremor de Arriba (1000) sólo unos sobados y café, porque para comprar algo mas contundente en la tienda del pueblo había una cola impresionante. Vuelta a subir y bajar, esta vez mas suave, hasta llegar a Toreno (652) a comer en Casa Salomé. Además de comer excepcionalmente bien, abundante y a buen precio, ¡Oh agradable sorpresa¡,


María Salome, que nos atendió en todo momento, es hincha y seguidora de la Real Sociedad. Apunt
en señores: Arconada, Zelaieta, Gorriz, Kortaberria, Olaizola, Diego, Alonso, Zamora, Idigoras, Satrustegi y López Ufarte. Alineación en los 80 de los bicampeones de liga en honor a nuestra anfitriona. Luego poco nos importó hacer diez kilómetros mas, la subida a Berlanga del Bierzo (805) y llegar a las 18:15. Fuimos como motos y superamos las diez horas de etapa tranquilamente.

Muy bonita la zona de baños en el río de Vega de Espinareda.

Segunda etapa. Domingo 11 de julio. Vega de Espinareda (622)Becerreá (638). 98 km.

Etapa muy dura. Agradecemos a la anfitriona del Hostal La Cuesta que se ofreció a prepararnos el desayuno a las 07:30. Luego esperamos a Enrique, que se iba por otro lado, y partimos hacia Tejedo de Ancares (1005) donde empieza la subida al puerto mas duro que hemos subido. Antes hay que pasar por otro, el Puerto de Lumeras (1045) y bajar a unos 820 m. La subida desde Tejedo al Puerto de Ancares (1662) son 7 km al 12-14% sin descanso. Tengo que meter todo el desarrollo, que no es mucho (30-26), y subir haciendo zig-zag en varios tramos. Llego el último a la cima.


Un ciclista nos avisa del mal estado de la carretera a partir de Balouta (1105), a donde bajamos a almorzar, con apenas 36 km recorridos desde la salida. Muy buena la cecina, los embutidos
y la temperatura ambiente. El ciclista tenía razón, muy mala carretera que afortunadamente, una vez entrados en Galicia, mejora. Pasamos la subida al mirador de Murias y luego la subida al Puerto de Sierra Morela (953) con doble cima para fastidiar, 6 km de subida y pendientes similares al puerto anterior. Sigo llegando el último, sin fuerzas. Larga bajada a Navia de Suarna (297) para comer, donde vemos el panel informativo del recorrido que hemos bajado, una de las rutas de mayor desnivel de la península. Fiesta del pulpo en Navia, buen tiempo y mucha gente, pero gracias a la buena gestión de Albert, comimos fenomenal a 10 euros per cápita. Por la tarde la carretera pica bastante hacia arriba. Es como una escalera con cinco peldaños o subidas hasta Becerreá y en la cuarta, a falta de 12 km, me descuelgo completamente desfondado. Amenaza de lluvia y frío al atardecer.

Tercera etapa. Lunes 12 de julio. Becerreá (638) – Piornedo (1158). 58 km.


Llueve.
En la cena del día anterior decidimos recortar la etapa para no mojarnos. Retrocedemos por la misma ruta bajando unos 9 km (450), iniciamos la subida hacia San Román (624) y continuamos subiendo y subiendo bajo el “orbayo” hasta coronar el Puerto de Sete Carballos (1303), que no es tan duro como Los Ancares, pero bastante largo. Bajada hasta un cruce donde se encuentra la aldea de Degrada y subida a la Posada da Braña. Carlos viene detrás mio y delante veo a Albert y Enrique. La bajada hasta Donis (898) es pesada por el estado de la carretera, el frio y la lluvia que arrecia. Estoy deseando que vuelva a llegar la subida para entrar en calor. Desde Donis (898) quedan 4 km a Piornedo, todo de subida y con mucha pendiente.

Excelente el hotel Piornedo, la cena degustación a base de menú de centeno, la cerveza de centeno, el caldo gallego, la chuleta de vaca, la sala de estar y sus vistas, las pallozas y el experimentado ciclista, conocido de Enrique, que nos encontramos en el hotel y que ha viajado por todo el mundo con alforjas. Lo único el precio, pero un día es un día.

Cuarta etapa. Martes13 de julio. Piornedo (1158)Villablino (1063). 87 km.

Mejora el tiempo, pero hace frío. Negociamos el desayuno a las 8:00 antes de recorrer a la inversa parte de la segunda etapa. Nada mas salir de Piornedo comienza una bajada por un bosque y llegamos al cruce (1080) de Suarbol, donde comienza realmente la subida al Puerto de Los Ancares (1662) por otra de sus vertientes. Vemos a los congresistas de geología que se hospedaban en Piornedo la noche anterior. Nos aplauden en la subida, igual de dura que la del domingo pero con un par de agradables descansos. Me encuentro mas recuperado y al menos subo con todo el pelotón a la vista. Incluso puedo ver como un perro se empeña en acompañar a Enrique. Bajo con precaución y observando la dureza de lo que subimos. Pasamos Tejedo de Ancares y Candín, a bastante velocidad, antes de empezar a subir el Puerto de Lumeras (1045). Bajada (620), torcemos hacia Fabero (711) comenzando a subir suavemente y a partir de Lillo (780) aumenta la pendiente y la dureza durante 6 km mas. Coronamos dos cimas de unos 1020 m. de altitud con un altiplano entre ambas donde se encuentran los pueblos de Argayo (935) y Sorbera (930). Luego bajamos hacia el valle del Sil (720) con muchas ganas de comer. Gracias al agua que me daba Gonzalo puedo subir con dificultad por el valle hasta Palacios del Sil (866) donde paramos a restaurar fuerzas.


Enrique gestiona la comida: unas fabes con almejas y un buen guiso de ternera. Mereció no llegar a comer a Villabino porque la subida que nos faltaba, no era para tanto y me recuperé bastante. Tras descansar en el hostal de montaña La Aldeya, cena en Los Arándanos a base de bacalao, especialidad de la casa. Albert recibe una llamada de la anfitriona de la próxima etapa, diciéndonos que tendremos que buscarnos la vida para cenar porque el bar del pueblo cierra mañana miércoles.

Quinta etapa. Miércoles 14 de julio. Villablino (1063)La Candada de Curueño (1000). 108 km.

Mucho frío a a salida, aunque toca subir de entrada y pronto entraremos en calor. Pensábamos llegar para comer, pero decidimos hacerlo temprano, en ruta, y parar a comprar algo en el pueblo con tienda mas próximo al final de etapa para cenar. En la subida vemos a tres ciclistas arreglando un pinchazo. Paramos en el alto (1200) para observar la entrada al valle de Babia y tomar un poco el sol. Los ciclistas del pinchazo nos adelantan. Pasado Piedrafita de Babia (1212) y Cabrilanes (1247), todo es bajada. Poco a poco vamos cogiendo velocidad, disminuye el tráfico y aumenta la calidad del paisaje. Pasamos al valle de Luna dejando San Emiliano a la izquierda. Que recuerdos de la vuelta del 2004. Cogemos a los ciclistas, uno se nos pone a rueda pero no tarda en desistir. Rodamos muy rápido, a ciegas y, por no verlo a tiempo, meto las dos ruedas de la bici en un bache. Doble pinchazo junto al embalse de Los Barrios de Luna que con la ayuda de todos no tardamos en reparar. Al cruzar bajo la autopista (1111) nos confundimos un par de veces, o 8 km mas, como queráis. Luego toca subir. No es el puerto de Aralla pero si el que queda al Norte con cima a 1501 m, túnel y una espectacular vista sobre Cubillas y Casares de Arbas. Cinco kilómetros mas de ligera subida para pasar la meseta y bajar a Villamanín (1132) a comer. Son las 13:00 horas y el restaurante de carretera está a tope. Comemos ensalada de pasta o rusa y costillas de cordero o presa de segundo. Yo me apunto a los garbanzos. ¡Que raciones¡. Gonzalo comentó que sólo con un plato podía comer el, su mujer, sus dos hijas y salir saciados. No se a quién se le ocurrió pedir “tupers”, pero fue una genial idea. Uno lo rellenamos con los restos de las ensaladas y otro con los de carne, solucionando la cena. Después de comer, subimos al Collado de Cármenes (1333) y al bajar a Valverdín (1145), cambiamos la ruta prevista para seguir por las Hoces de Vegacervera. Otra buena idea porque fue un placer bajar por esa carretera encañonada.


Después de Robles de la Valcueva (1000), entramos en contacto con el ferrocarril de la Robla, toca subir y luego bajar a La Vecilla de Curueño (1005) donde Albert, Carlos y yo nos tomamos unas cervezas con una música agradable, mientras los hombres fuertes del pelotón Alfonso, Enrique y Gonzalo, hacían la compra para completar la cena. Dos km más hasta la Candada, ducha, paseo, cena y a dormir.

Sexta etapa. Jueves 15 de julio. La Candada de Curueño (1000)Leon (831). 84 km.

Carlos y Gonzalo querían volver ese mismo día a Gasteiz por lo que improvisamos un hermoso recorrido para llegar a comer a León. Retrocedemos a La Vecilla, vamos a Boñar (960), luego a Vegaquemada (945) y tras una bonita y suave subida (1100) bajamos a La Ercina (1071). Luego todo llano, picando hacia abajo con alguna cuesta arriba intercalada, hasta Nava de los Caballeros (870) donde nos reagrupamos. Ademas de precioso es mi terreno favorito. Después de una pequeña tachuela y vuelta a bajar tomamos el camino de Santiago. Me acordaba de la subida previa a la llegada a León, que parece que no termina nunca. Voy bien, me pongo a rueda de Alfonso y Gonzalo que tiran como demonios, a veces me pongo en cabeza pero me quedo sin fuerzas al ver que todavía no se acababa la cuesta. Termino bien.


Vuelta a reagruparnos para entrar en León e ir de seguido a la catedral. Foto de llegada y al hotel, dando un rodeo extra y parando en todos los semáforos.

Por la tarde nos despedimos de Carlos y Gonzalo. Los cuatro restantes vistamos la catedral, buena e imaginativa restauración de las vidrieras, cena de pizza de cecina y castañas en La Confianza y al hotel para volver a la mañana siguiente.

1 comentario:

  1. Muy acertada crónica para revivir unos estupendos días.
    Como se ve, aparte de comer también andamos en bici

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