Participantes:
Agus, Albert, Alfonso, Carlos, Enrique, Gonzalo, Josu y Patxi.
Viajamos a Lugo desde Donostia, Vitoria-Gasteiz y La Almunia el sábado 2
de julio en tres coches diferentes con las bicis dentro. Por la mañana salieron
del barrio del Antiguo (Donostia) Enrique y Josu y se juntaron por el camino con el maño
Alfonso y los dos patateros de adopción, Carlos y Gonzalo, que viajaban en otro
coche. Por la tarde lo hicimos Albert, Patxi y yo (Agus). Todavía no saben que
este año llevo una bici de carretera, gracias a que mi esposa me destrozó la
anterior al aparcar el coche en el garaje. Duró doce años, desde la vuelta a
Asturias (2004) en que la estrené. A los de la mañana les dió tiempo de visitar
la bimilenaria ciudad de Lugo y a cenar junto a la muralla, a los de la tarde,
justo a tomar algo en el hotel antes de ir a dormir.
1ª ETAPA. Lugo (471) - A Coruña (20) 104 km. Domingo 3 de julio.
Buen tiempo. Salimos pasadas las 9:00, un poco tarde para lo que
acostumbramos pero con perspectivas de llegar a comer a Betanzos y, para
variar, cambiamos la ruta prevista. Son las cosas del Google Maps, internet y
los teléfonos de última generación, que dan opción a todo el mundo de modificar
las rutas previstas cada vez que sacan el móvil del bolsillo. Lo peor de todo
es que además de sacarlo constantemente, nos perdemos más y mejor que cuando
usábamos los mapas de papel y la intuición. Prometo que el año que viene iré
con un rollo de papel en el manillar, estilo pergamino, con el perfil y la ruta
de la etapa.
Bueno, al grano. Fuimos por Friol y Parga que al final resultó mas
agradable que por la vieja N-IV. A
Carlos le salieron unos jabalíes a la carretera. Lástima que íbamos un poco
desperdigados y los demás no nos dimos cuenta. Con la nueva bici veo que voy
por delante de todos y paro un poco antes de Friol junto a un precioso parque
de ribera. Un niño de siete años, con una sonrisa de oreja a oreja, me pide que
le deje dar una vuelta. Su sorpresa y alegría fue mayor cuando vio llegar al
resto del pelotón. Ya cerca de Guitiriz nos incorporamos a la N-IV para seguir
hasta Betanzos. Los primeros 65 km son fáciles, un poco rompepiernas, con unas
cuatro subidas entre los 420 y los 560 metros de altitud. Luego una buena
bajada hasta Betanzos (20) que nos recibe con un ambiente de gaiteiros y
paramos a comer a eso de las 13:00 horas.
Después de comer nos ponemos de nuevo en marcha, volvemos a ascender
hasta los 190 metros con viento a favor, mucho sube-baja y buenas sensaciones
propias, por lo que alguno empieza a pensar lo de ponerle alforjas a la bici de
carretera. Lo peor de este tramo es el aumento del tráfico a medida que nos
acercamos a A Coruña (20). Después de reagruparnos, entramos cruzando la Ría do Burgo por el puente más
cercano al mar. Una vez en grupo, alguno que otro
vuelve a sacar el teléfono para saber donde está y poder discutir, por lo que al
final nos liamos un poco antes de llegar al hotel, que se encuentra bastante
alejado del centro. Ducha y visita a la plaza de los cristales, junto al
puerto, a la plaza del ayuntamiento y, con muchísimo viento, a la Torre de Hércules, del siglo I.
2ª ETAPA. A Coruña (20) - Cee (20) 102 km. Lunes 4 de julio.
Madrugamos un poco más y para las 8:00 ya estamos en ruta. Buen tiempo
con viento del NE a favor y poco tráfico. La idea es ir costeando por la
carretera más próxima a la Costa da Morte. El terreno es durísimo. Casi desde
el nivel del mar, tenemos que ascender a Pastoriza (171), bajar hasta la ría en
Oseiro, volver a ascender pasado Chamín (161) y vuelta a bajar a Caion, una
bonita península con puerto a un lado y playa al otro. Llevamos dos horas y
apenas hemos hecho 25 km. Después de reagruparnos bordeamos la playa de Caion
por un bidegorri que desemboca en una muy dura subida hasta los 156 metros con
rampas empinadísimas.
Yo tengo que meter el tercer plato y Carlos y Patxi echan
el pié a tierra. Después de la bajada, llega un terreno rompepiernas con muchas posibilidades de despiste. Voy siempre en cabeza y parando en todos los cruces
para que no se desmadre el personal y se confundan los más rezagados. Al llegar
a Arnados, a nivel del mar, paramos a tomar un tentenpié. Esta vez la discusión
está justificada para volver a replantearnos la ruta porque en tres horas y
media llevamos andados 35 km. Como dice un amigo navarro "de rodillas más rápido". Decidimos renunciar a la península de Malpica, atajar e ir directamente a Ponteceso, pero antes hay que salir del laberinto de carreteras terciarias y pistas asfaltadas donde nos hemos metido. En una de las múltiples paradas para saber que camino seguir, Patxi que viene con necesidad de descanso, me suelta: "Agus tómate todo el tiempo que necesites". El resto del pelotón hace apuestas sobre si el camino elegido es el acertado o no, pero al final llegamos a Ponteceso después de subir y bajar innumerables veces. De Ponteceso hay una subida a Fornelos (200) y una bonita bajada a Baio Grande (160) donde paramos a comer en Casa Cruz a eso de las 14:00 con poco más de 65 km y, si la memoria no me falla, unas nueve subidas del tipo "Igeldo". La comida excelente. Las camareras, un poco maduras, nos enseñan la diferencia que hay entre los grelos y las nabizas y que ahora (verano) no es época de grelos. Mientras, los del resto del grupo que no conocen Igeldo (Donostia), aseguran que no van a subir ahí en bici en su vida.
Ya repuestos, reanudamos la marcha y pongo en conocimiento del pelotón
que aún quedan dos "Igeldos" más y una bajada final. Me pongo en cabeza y aunque
me descuelgo al final de las subidas recupero pronto el terreno en las bajadas. En la
penúltima de las bajadas les paso a los de cabeza con un rápido ataque que me
lo hacen pagar muy caro en la subida siguiente. De hecho, ya no me llegó para
cogerles hasta que le vi a Alfonso en Cee.
3ª ETAPA. Cee (20) - Cambados (29) 137 km. Martes 5 de julio.
Sigue el buen tiempo y el viento tampoco cambia, aunque aumenta su
fuerza. Entramos en las Rías Bajas y aquí la costa es muy recortada, la
carretera cambia frecuentemente de dirección y el viento te da de cualquier
lado, depende. Galicia pura. La salida, hacia las 08:30, es un poco tarde para
lo que iba a venir. El primer "Igeldo" de la jornada viene nada más
empezar. Se sube a 150 metros un poco antes de Gures, desde donde se ve un
excelente panorama de la Ría de Corcubión con Fisterra al fondo. Bajada a
Ézaro, al nivel del mar, con cierto peligro por el viento y por la posición de
las alforjas en la bici. El viento es muy fuerte cuando sopla de costado y cada
vez que la carretera gira a la izquierda sopla en contra. Muy en contra. Con
las alforjas pasa que las llevo sobre una parrilla demasiado alta y a nada que
me incline en las curvas la bici tiende a tirarme. Pasado O Pindo viene otra
subida hasta los 80-90 metros y una bajada hasta Caldebarcos. Lo que es el
Espacio Natural de Carnota lo pasamos primero con viento en contra y luego de
costado. Vuelta a subir hasta los 100 metros, con viento en contra, y bajada a
Muros (km 40) para almorzar en el bar Ancla, junto al puerto. ¿Dónde iba a
estar si no?. El siguiente tirón lo hacemos hasta Noia (km 70), tramo donde se
registran al menos cinco tachuelas que pasan de cero a cien metros de altura y
con viento variable, en Galicia no hay nada llano.
En Noia, Josu y Patxi deciden finalizar su etapa no sin antes hacerme
precisar si cada vez que hablo de una subida tipo "Igeldo" se trata
de subir al Faro (180), al pueblo (240) o a Mendizorrotz (340) y por que
carretera. Pasado Noia, el resto seguimos subiendo esta vez hasta los 250
metros y cometemos el error de bajar a comer a Boiro (37), pudiendo haber ido directamente
a Ponte Beluso, ambos en la Ría de Arousa. En Boiro estaban en fiestas,
tardamos bastante tiempo en encontrar un sitio para comer pero al final nos
dieron bien, bien atendidos y a buen precio. Lo peor vino después hasta llegar
a Catoira, con tres o cuatro subidas y bajadas, la última ya con aspecto de
puerto (120), y con fuerte viento en contra. Nos tomamos un refrigerio un poco
antes de cruzar la Ría y pasar a la provincia de Pontevedra. A partir de
Catoira la carretera gira a la derecha y el viento sopla a favor. La sensación
de velocidad te recompone y vamos rodando todos juntos. El tráfico se hace cada
vez más intenso y empiezan algunas retenciones. Entre Vilanova de Arousa y
Cambados vamos adelantando a los vehículos por el centro de la carretera, circulando justo
por encima de la raya. En Casa Mariñeira Lourdes de Cambados nos reciben y nos
dan de cenar excelentemente, navajas, pulpo y albariño incluido. Sitio
recomendable.
4ª ETAPA. Cambados (29) - Tui (28) 110 km. Miércoles 6 de julio.
Muy buen tiempo. Etapa muy alterada pues teníamos previsto seguir
costeando y atravesar en barco las Rías de Pontevedra y Vigo, evitando así la
entrada a las dos grandes ciudades. A última hora nos enteramos que esa
posibilidad dejó de existir hace años en la Ría de Pontevedra pero si que es
posible en la de Vigo. Las alteraciones de la ruta nos hacen renunciar a O
Grove e ir por Meaño a Combarro, luego atravesar Pontevedra y por la costa
norte de la Ría de Vigo hasta Moaña.
Alfonso había terminado de pinchar la rueda de adelante y antes de salir
la arreglamos con la idea de terminar de hincharla en una gasolinera. El primer
escollo está a 15 km de la salida tras dos despistes, uno de unos quince
minutos de espera a cuenta de los rezagados del pelotón que se fueron por otro
camino porque no vieron a los de adelante metidos en la
gasolinera y, el otro,
mio de 1,5 km que no fueron a más porque nadie sacó el teléfono para ver donde
estábamos. La primera dificultad se trataba de un puertito de unos 210 metros,
fácil y noble, con una bajada a Combarro muy agradable. La segunda era atravesar
Pontevedra sin equivocarte. Me dejo llevar por el instinto, sin hacer caso a
ningún aparato electrónico y acierto a la primera. Para las 10:30 de la mañana ya habíamos
salido de Pontevedra rumbo a la Ría de Vigo, por la N-55, con tráfico espeso,
hasta el cruce de Moaña. Nos reagrupamos en el cruce para que nadie se vuelva a despistar y
luego con menos tráfico y carretera mas agradable, hasta el puerto de Moaña,
a donde llegamos a eso de las 12:00, justo a tiempo para coger el barco y
cruzar la Ría de Vigo, no sin antes haber pasado unas cuatro tachuelillas de 60
metros de desnivel.
Ya en Vigo, Patxi decide atajar a Tui por su cuenta en taxi. El resto
rechazamos la oferta de almorzar en el puerto y decidimos ir a comer a Bayona.
Al no conocer la ciudad, los primeros kilómetros de salida fueron terroríficos
por no acertar con la carretera adecuada. Luego en Comesaña, tomamos la
carretera a Bayona por la costa que dispone de una especie de carril bici muy
agradable. Una parada técnica para cambiar de agua al canario me hace perder
contacto con el grupo. Como viene siendo habitual en estos casos, los de
adelante aceleran adrede y yo con la lengua fuera trato de darles alcance. Al
primero que veo es a un turista americano con alforjas al que confundo con
Carlos. Luego alcanzo a Carlos que pasa de ponerse a mi rueda y sigue a su
aire. Después cojo a Albert que se me pega y viene conmigo hasta Bayona. De
Josu, Alfonso, Gonzalo y Enrique ni rastro. Paro donde pensaba que iban a estar
para comer y no están, lo malo es que voy a tener que sacar el teléfono para
llamar y lo peor, que llamé a todos los de adelante y no contestó nadie. Toca esperar, pero al
fin contactamos y vamos a comer. En el restaurante nos tuvieron una hora más
esperando. Mejor ni digo cual era, al final la dueña se me disculpó y me hizo
la pelota diciéndome que era conocida de Oscar Pereiro, ganador de un Tour de
France, que al parecer vive en las proximidades. De Bayona (20) a Tui tomamos
contacto con el primer puerto serio, el Alto das Pereiras, cuya cima está a 405
metros. Luego todo bajada hasta el mismo Tui donde nos espera Patxi en el
albergue de peregrinos durmiendo sobre una losa de granito. Mejor dormir encima
que debajo pensé, pero no se lo conté a nadie. Después de un breve paseo por el
bonito pueblo de Tui, vimos mientras cenábamos como Portugal, que lo tenemos
enfrente, eliminaba a Gales en la eurocopa de futbol.
5ª ETAPA. Tui (28) - Allariz(459) 109 km. Jueves 7 de julio.
Nos levantamos temprano para desayunar en una cafetería al pié de la
ruta. Cielo despejado y el viento empieza a rolar hacia el Oeste. A las 08:15
ya estábamos en marcha remontando el Miño, por lo que el viento nos da a favor.
La ruta es preciosa, con sombras, sin tráfico y además no nos faltó de nada. Entre otras la tradicional liada
por caminos, esta vez para evitar subir a As Neves y de la que salimos sin GPS gracias al
instinto y un exquisito almuerzo para despedir al Miño en el Café Bar San
Caetano de Creciente (140), situado al pié de la carretera PO-400. Sus
coordenadas son 42º 08,86´N; 008º 12,85´W, para que nadie se despiste.
Totalmente recomendable para ciclistas y viajeros en general por la atención,
trato, amabilidad, servicio, buena comida y precio.
La segunda parte de la etapa ya se empieza a complicar. Tras casi 50 km
recorridos, Patxi y Josu se van a Allariz en taxi, el resto decidimos ir a
comer a Celanova (540). Toca subir y decido ir con Carlos y Albert en plan
tranquilo mientras que Gonzalo, Alfonso y Enrique se van por delante. Nada mas
comenzar a subir, los tres de cola tenemos un despiste que nos supone unos 5 kilómetros
más y veinte minutos de retraso. Carlos se descuelga. Albert y yo paramos a por
agua en un bar y no viene. Volvemos a parar en un cruce a esperarle,
sigue sin venir y le colocamos unas señales en la carretera para que no se
despiste. En Quintela de Leirado (573), Albert para sin que me de cuenta, según
dijo porque encontró unas gibelurdiñas a pié de carretera. De repente me veo
sólo. Al coronar el puerto (769) me llaman los de adelante diciendo el bar donde
van a comer. Llegué veinticinco minutos mas tarde después de bajar (638) y
volver a subir (703) otra tachuela mas. Casi una hora más tarde llegan Carlos y
Albert, diciendo que se habían vuelto a despistar.
La tercera parte ya es mas llevadera, quedan apenas 20 km y otra
tachuela (630) antes de bajar a Allariz. Llegamos Enrique y yo por delante al
hotel Torre Lombarda, antigua curtidora muy bien rehabilitada por el arquitecto
Cesar Portela. Allariz merece la pena visitar. Sus iglesias románicas, sus curtidoras,
el museo del juguete y los jardines efímeros, donde el visitante vota por el
que mas le gusta. Nosotros votamos por el número seis casi por unanimidad. Que
tenga suerte.
6ª ETAPA. Allariz(459) - Lugo (471) 113 km. Viernes 8 de julio.
Después de 21 vueltas por la península
Ibérica (1996 - 2016), esta es una de las pocas en las que nunca nos ha llovido. Para que digan de Galicia. Dura etapa la última. Se trataba de una etapa que al comenzar a preparar la
vuelta no la habíamos previsto pero que hubo que introducirla por cuestiones de
logística con el transporte de las bicis y cerrar el circuito volviendo a Lugo donde
teníamos los coches.
Podíamos haber seguido remontando el Miño, que es un
recorrido mas agradable, pero lo rechazamos por exceso de kilómetros.
El comienzo hasta Ourense (km 22) es fácil. Sólo hay que subir un puerto
(582) y el resto es todo bajada (135). Es mala la entrada a la
ciudad por el Sur, donde Patxi se vió un poco agobiado y con razón. Un poco antes de la
entrada nos reagrupamos para cruzarla todos juntos pero Patxi, Josu y Carlos
decidieron dar por finalizada la vuelta del 2016 y se fueron directos a Lugo en autobús.
Los cinco restantes visitamos el casco antiguo, la catedral, cruzamos el Miño y
nos ponemos a subir, hasta los 700 metros, con muchos dientes de sierra en el perfil, hasta un poco
antes de Chantada (500), donde paramos a tomar unos huevos fritos con jamón a eso
de las 12:30. Antes Alfonso tuvo un pinchazo, Gonzalo se quedó a ayudarle y
Enrique, Albert y yo les esperamos en una gasolinera. Sin darnos cuenta nadie
pasaron de largo y el despiste nos hizo perder unos veinte minutos. A pesar de
todo los huevos no se enfriaron.
Después el terreno sigue con constantes
subidas y bajadas con tendencia general a subir. Circulamos de manera que
Enrique y yo vemos por delante a Gonzalo y Alfonso y por detrás a Albert,
siempre a la vista unos de otros hasta que como suele suceder,
incomprensiblemente alguien desaparece. A partir de Chantada y sobre todo desde
Taboada el terreno es muy duro con una subida que culmina en el Alto do
Hospital (700) en el cruce con el Camino de Santiago. En la bajada a Guntin (420)
todos nos perdemos de vista definitivamente. Enrique y yo decidimos parar a
tomar un refrigerio y esperar a Albert, cuando de repente aparece Alfonso que
creíamos que iba por delante. Al llegar Albert y descansar un rato, reanudamos
los cuatro la marcha. Sólo quedan dos "Igeldos" hasta Lugo pienso
para mis adentros. Al empezar a bajar el último le vemos a Gonzalo que ya ha
acabado, ha dejado las alforjas y se vuelve a buscarnos y darnos algún relevo.
Afortunadamente no hizo falta.
Ahora sí, nos toca visitar Lugo mas despacio, su muralla, su catedral, cenar y
descansar. Al día siguiente al volver en coche me volví a despistar haciendo
más kilómetros que los necesarios. Los años no perdonan, y como decía un devoto:
... "Señor, ten miedad"...