domingo, 2 de agosto de 2015

Vuelta 2015 Cádiz y Málaga

Participantes:
Agus, Albert, Alfonso, Carlos, Enrique, Gonzalo, Josu y Patxi, es decir todos los txirrindularis menos Pello, a pesar de que tenía sitio.
 
Viaje de ida, Donostia – San Fernando (Cádiz), sábado 4 de julio de 2015:
Albert, Enrique y yo (Agus) salimos a las 07:00 en punto desde Pío Baroja (Donostia) con la furgoneta Opel Movano de nueve plazas que Enrique alquiló la víspera. Un cuarto de hora más tarde recogemos a Josu y a Patxi y casi sin enterarnos llegamos a la granja de Arkaute antes de lo previsto. Poco a poco terminan de desayunar Gonzalo y Alfonso mientras aparece Carlos después de su particular etapa prólogo desde Vitoria-Gasteiz. Las bicis entran en la furgoneta a la perfección sin necesidad de desmontar nada -aún cabía otra más Pello-, para las 11:00 estamos almorzando en Simancas y a las 14:00 comiendo en el restaurante Los Olivos de Alcuéscar (Cáceres). Finalmente llegamos a San Fernando (Cádiz) hacia las 18:30 sin ningún percance, gracias al excelente piloto que es Enrique. De los copilotos Albert y Josu, mejor no comento nada para no alargar el texto. Al atardecer nos desplazamos a Cádiz visitando su paseo marítimo, la bahía, su casco antiguo y terminar cenando.

Primera etapa, domingo 5 de julio de 2015. Puerto de Santa María – Cabezas de San Juan. 91 Km.
El traslado previo desde San Fernando a Puerto de Santa María y dejar la furgoneta en lugar seguro nos lleva más tiempo de lo esperado. Ya en bici, después de dar unas cuantas vueltas buscando algo abierto, terminamos de desayunar sobre las 9:00. Nada más comenzar me lío un poco en el trayecto. Tras rectificar sin problemas, rodeamos la base de Rota y circulamos por un bidegorri muy atractivo casi hasta Chipiona, luego lo más cerca posible de la costa hasta Sanlúcar de Barrameda. Vemos la desembocadura del Guadalquivir y enfrente el Parque Nacional de Doñana. Almorzamos en el Puerto de Bonanza, bien y barato, 16 consumiciones con sus tapitas y una cazuelita de merluza con patatas por 15,50 euros. Luego el calor comienza a apretar. Pasamos junto a las salinas de Nª Señora del Rocío, atravesamos el barrio de La Algaida y nos adentramos en sus pinares por un carril bici con un suave y exquisito pavimento de hormigón. En el tránsito para coger el bidegorri hay arena suelta y me caigo ante las risas del resto del pelotón. Al salir del pinar comienzan las marismas del Guadalquivir, se acaba la sombra y arrecia el calor.
Circulamos paralelos al río casi al nivel del mar por una carretera en muy mal estado. Torcemos hacia Trebujena (67 m.), donde toca subir. Nos reagrupamos para hacer el tramo final y vuelvo a caerme en la arena. Al coger la A-471 la temperatura aumenta de repente unos 5º debido al intenso tráfico y a la ausencia de sombra. Dejamos la provincia de Cádiz y pasamos Lebrija por su variante con constantes subidas y bajadas. El pelotón se divide en dos. Patxi y Carlos llegan en el segundo con la ayuda de Gonzalo y parando en las pocas sombras que había, mientras el resto reponemos líquidos en la gasolinera de Cabezas de San Juan (50 m). Primero comimos, luego al hostal, ducha, siesta y hasta las 21:00, ni aparecer por la calle. ¡Ozú que caló!.


Segunda etapa, lunes 6 de julio de 2015. Cabezas de San Juan – Ronda. 104 Km.
En previsión del calor que se espera, nos ponemos a desayunar a 06:30 y para las 07:00 ya estamos pedaleando. Más previsor, Patxi había contratado un taxi desde Villamartín (130 m) a Grazalema (960 m) para ahorrarse el calor y la subida al puerto del Boyar (1.111 m.). Desgraciadamente tenemos el primer pinchazo (Carlos) que nos que nos retrasa al costarnos reparar más de lo habitual. Hasta Villamartín es trayecto es muy fácil, aunque pica algo para arriba. Albert y Josu se aprovechan del taxi para que les lleve las alforjas. De Villamartín a El Bosque (250 m) hay que subir el puerto del Pajarete (343 m), lo suficientemente complicado como para hacer que el pelotón se estire algo. En El Bosque nos reagrupamos y cogemos agua. Alfonso, Enrique, Gonzalo y yo subimos por el interior del pueblo, por donde más pendiente hay, 20%. Alfonso tiene que echar pié a tierra y yo pincho y casi me caigo al atravesar una rejilla con las rejas dispuestas en el sentido de la marcha. Que los técnicos municipales aprendan que deben ponerse al revés, para que nadie pueda meter la rueda entre las rejas. El arreglar el pinchazo, la caló a pesar de la altura y la filosofía con que me tomé la cuesta, me supone quedarme el último subiendo al puerto del Boyar, no alcancé a nadie hasta la cumbre donde me estaban esperando. El Parque Natural de la Sierra de Grazalema es espléndido. En el pueblo yo apenas como una barrita que me dio Enrique, reponemos líquidos, recogemos a Patxi y seguimos bajando. El calor asciende como bocanadas de fuego que nos dan en la cara. Afortunadamente hay sombras en un recorrido rompepiernas con viento en contra hasta terminar de bajar completamente (500 m) y acometer los ocho últimos kilómetros de ascensión a Ronda (750 m). Esta subida no es dura pero las sombras desaparecen, arrecian el tráfico y el calor –a alguno el termómetro se le puso en 46º- y a la hora que es, pasadas ya las 14:00, se complica la marcha. Alfonso, Enrique y Josu van por delante, decido esperar y pasan Albert y Gonzalo, luego Carlos y al final Patxi, con el que termino la etapa. Seguimos el mismo protocolo que en la etapa anterior y a las 20:00 a la calle a conocer el precioso pueblo de Ronda, el puente sobre el Tajo y a cenar.




Tercera etapa, martes 7 de julio de 2015. Ronda – Juzcar. 62 Km.
El recorrido oficial eran 144 km. bajando hasta San Pedro de Alcántara para volver a subir. Todos, Gonzalo incluido y con alguna reticencia de Enrique, decidimos acortar la etapa y terminar antes del mediodía. Josu y Patxi la acortaron aún más, pues sólo hicieron 21 km. Iniciamos la etapa todos juntos hasta el cruce de Juzcar (1.005 m) en plena subida al Alto del Madroño (1.130 m) por el lado fácil. Patxi y Josu bajaron directamente a Juzcar. El resto coronamos el alto y medio llaneamos hasta el cruce de Pujerra (1.030 m). Luego tres kilómetros de bajada (860 m), cinco de subida al Puerto del Monte (1.040 m) y bajada a Pujerra (780 m) donde nos aprovisionamos de agua. Espléndido recorrido y vistas entre bosques de pinos y de castaños, aunque parezca mentira estamos en la provincia de Málaga. Seguimos bajando hasta Igualeja (690 m.) para almorzar. Josu y Patxi nos envían fotos de la piscina del Hotel el Bandolero que nos espera en Juzcar. En el copioso almuerzo, a base de bocadillos serranos hechos con lomo, jamón, pimiento verde y queso, nos enseñan las diferencias entre el pan de baguetina y el mollete, que en plural significa otra cosa que nada tiene que ver con el pan. Lo comprobamos en una joven paseante a la salida del pueblo, que nos dejó sin habla hasta volver a subir los ocho kilómetros que había al cruce de Juzcar (1.005 m). Nos reagrupamos y bajamos a saco los 10 km que faltan hasta el pueblo pintado de azul pitufo. Esta vez el protocolo es de piscina, limonada servida por Iván el posadero, comida gracias a Iván, más piscina, partida de pocha, paseo, cena y degustación de licores confeccionados por Ivan. Ese día comimos demasiado. En la pocha ganó Alfonso como de costumbre.

Cuarta etapa, miércoles 8 de julio de 2015. Juzcar – Alcalá de los Gazules. 100 km.
Patxi, el inteligente, negocia por 30€ un transporte rodado hasta Atajate (800 m) para ahorrarse 26 km y la subida al cruce con la A-369 (1.070 m) y Josu, el hábil, se infiltra de polizón. El resto salimos a las 07:30. En la subida tengo que parar a recolocar la rueda trasera que iba frenada. Pasamos por Farajan y Alpandeire, donde parece que hay un médico muy concienciado con el colesterol por la abundancia de paseantes. Uno, que incluso era ciego, se cruzó con nosotros en plena carretera. La subida es muy bonita y a esa hora con sombra resulta agradable. Mejor la bajada a Atajate y aún mejor, si cabe, la bajada entre barrancos y bosques hasta Jimera de Libar (540 m). Parece la carretera de Goizueta. Tras liarnos un poco al cruzar la vía del tren, tomamos hacia Cortes de la Frontera (620 m) con rampas bastante duras. En Cortes pincha Alfonso y aprovecho para comprar fruta de almuerzo y contrarrestar el exceso de comida del día anterior. Noticias de que Josu y Patxi están 16 km por delante. A partir de aquí entramos en el Parque Natural de los Alcornocales con constantes subidas y bajadas entre bosques. Próximo al límite de las provincias de Málaga y Cádiz paramos a ver y escuchar el ensayo de una orquesta de cuerda que tocaba entre pinos y alcornoques, árboles, no los músicos que eran muy buenos. Una vez finalizado el largo tramo de subidas y bajadas (743 m.), Albert y yo llegamos a la venta del Puerto de Galiz (450 m) donde nos encontramos con Alfonso. Enseguida llega Carlos y reponemos fuerzas a base de jamón ibérico, acuarius y cañas de diversos tamaños. Enrique y Gonzalo no han parado. El posadero, que es ciclista, nos informa de la subida que nos falta al Puerto de las Palomas (416 m) y compruebo que el perfil de etapa que tenía previsto estaba acertado. Tras terminar de bajar (270 m) e iniciar la subida Josu y Patxi informan que ya han llegado a Alcalá de los Gazules (150 m), Gonzalo y Enrique están al llegar y a nosotros cuatro nos faltan unos 18 km. Tras un pequeño susto en una curva a la bajada del puerto (casi me salgo donde más profunda era la cuneta) y terminar de subir 1,5 km hasta el pueblo, finalizamos la etapa hacia las 14:00. Calor a la llegada pero no lo sufrimos en la etapa, esta vez ducha previa, comer, siesta, paseo y cena sin pasarnos.

Quinta Etapa, jueves 9 de julio de 2015. Alcalá de los Gazules-San Fernando. 110 km.
Gracias a la gestión de Josu del día anterior, salimos desayunados para las 7:30. Curioso el nombre del bar “5 mentarios”, tal cual. Llovizna algo, me pongo el chubasquero y Gonzalo los manguitos, más que nada por decir que los hemos usado. Me confundo de rumbo lo que supone 3,5 km más y una buena subida inútil. Me miran sonrientes con un cuchillo entre los piños, menos mal que hoy no hace calor. Pasamos el embalse de Barbate (50 m), bonito lugar. Subida muy dura a Benallup (130 m), Josu rompe un radio. Tratamos de arreglarlo pero no tenemos la herramienta adecuada. Se fastidia la rosca de la llanta. Lo dejamos como está y seguimos hasta Vejer de la Frontera (191 m). Al igual que antes una preciosa carretera y otra nueva subida en alto, mucho más dura que la anterior. Carlos y Albert ya habían estado y la conocían. Carlos junto con Gonzalo, Patxi, Josu y Enrique suben por el lado Oeste, duro pero tendido y Albert, Alfonso y Yo por el Norte, Vereda de Cantaranas, con pendientes de más del 22% que nos obligan a echar pié a tierra. Sólo sube sin bajarse Albert. Gonzalo y Josu tratan de buscar una tienda para arreglar el radio. La encuentran pero tampoco pueden arreglar. El hijo del dueño les manda a Conil (20 m) diciendo que si Josu no puede seguir el mismo va a buscarle en furgoneta. Un tío majo. Alfonso y Yo a por fruta para el almuerzo, escoltados por un coche de la guardia municipal. Así da gusto. El resto se toma una caña junto a una joven pareja inglesa con su hijo en un coche de niño con ventilador en la capota. Todo un invento. Una vez reunidos seguimos a Conil. Josu y Carlos salen un cuarto de hora antes para arreglar el radio. El resto vamos más tranquilos hasta que Albert pincha y rompe una cubierta. Menos mal que está Enrique y hace un apaño que les permite continuar y recuperar el tiempo perdido rodando a casi 50 km/h. A Patxi y a mí nos dejaron ir antes para no hacer esperar a los que ya habían salido. En Conil tras esperar un rato más consiguen apañar el radio y cambiarle la cubierta a Albert. De nuevo todos juntos y tras volvemos a liar en la salida de Conil, nos dirigimos hacia el Cabo de Roche por una excelente carretera junto a la costa. Paramos a contemplar la vista en el faro que está literalmente encima del puerto de Roche y continuamos hacia Chiclana paralelos a la costa, con muy poco tráfico y una preciosa carretera. Pasamos las urbanizaciones de Roche (o derroche como decía alguno) y Sancti Petri antes de llegar a comer a Chiclana, al restaurante Venta Espadita. Bueno y barato, aunque nos cobró 2€ más a cada uno por la “demasía en la bebida”. Renunciamos a los chupitos porque queda lo más farragoso de la etapa. Desde donde estamos al hotel hay 7,6 km. en línea recta, en coche se trasforman en 14 km por el puente de la autovía prohibida a las bicis y por el recorrido que vamos 18 km que se transforman en 23 para circular lo menos posible por carreteras de doble carril. Ducha, taxi hasta Cádiz, barco hasta Puerto de Santa María, una vuelta, cena junto al puerto, recuperamos la furgoneta y a dormir. Es la vigésima vuelta que terminamos, un poco accidentada con la mecánica y mucho calor.

Viaje de vuelta, viernes 10 de julio de 2015.
Sin desayunar directos a la furgoneta a las 06:30. Desayunamos pasado Sevilla y comemos en Valladolid junto a la carretera, Restaurante Paco en el cruce de Cigales, trato rápido, excelente y buena comida. Enrique es un gran chauffeur, incansable al igual que a la ida. Al llegar a Vitoria-Gasteiz hace 38º. Apuesto a que en Donostia hace menos de 28º y gano las cervezas de la Pza. JM Sert celebrando la llegada. Unas 10 horas y media de viaje y epílogo con subida a “Le Col de Ma Maison”, por parte de Enrique, Albert et moi. Para que no falte nada, Albert vuelve a pinchar. Esta vez ni cambiamos la rueda ni nada, terminó andando y nosotros al paso.